sábado, 3 de noviembre de 2012

Acto V.- Encuentro


Taemin no tenía idea de qué hacer con el anillo que le había entregado Brenda.

Tenía una enorme piedra azul transparente en él. El resto era plateado y estaba compuesto de una asombrosa mano de obra.

Taemin sabia casi nada acerca de joyas, pero incluso él podía apreciar cuan caro el anillo debía de ser.

Sentía que si lo llevaba puesto mientras caminaba por la calle, alguien podría robar su dedo completo con tal de obtenerlo. No lo podía dejar en su habitación por temor a los ladrones. Por los últimos tres días, había llevado en cadena amarrada en los agujeros de su cincho y conservado el anillo en su bolsillo.

Se sentía más seguro cuando lo llevaba consigo. Aun así, estaba preocupado. Había aceptado el devolver el anillo a su dueño, pero era una tarea demasiado difícil.

“Tal vez debería devolvérselo a Brenda”

Estaba asustado de volverse a encontrar con la mujer que vivía con Brenda, pero no podía conservar el anillo por siempre. Así que decidió ir al salir del trabajo.

Taemin se encontraba lavando los platos en la parte de atrás del bar, como siempre lo hacía, cuando la puerta se abrió y un cliente ingresó.

Miró hacia la parte de adelante esperando que fuera Brenda.

Últimamente había tomado la costumbre de revisar cada vez que un cliente nuevo ingresaba.

La primera cosa que notó fue una brillante cabellera azabache con unos rizos finos. Luego vio un rostro relajado, blanco y bien esculpido como el mármol. Eso, y su bien trabajada figura daban la impresión de ser una estrella de cine que acaba de salir de la pantalla. Llevaba puesto un saco largo de tela muy fina, se podía apreciar a simple vista que era muy caro. Era definitivamente distinto a todos los demás clientes.

Desde que había venido a Londres, Taemin se había percatado que casi no existían esos extranjeros con estilo que se miraban en la televisión o en las revistas. Los europeos del medio eran completamente diferentes.

“Tal vez sea un modelo. O tal vez…”

Taemin comenzó a recordar todos los actores británicos que conocía, pero ninguno de ellos concordaba.

“Si tuviera que adivinar, diría que luce como Beckham antes de cortarse el cabello.”

Algo de este hombre se parecía al famoso jugador de soccer.

El hombre se quitó el saco. Debajo de él, vestía una camisa de seda que reflejaba la suave luz.

Se aproximó al bar y ordenó un whisky puro. La mayoría de clientes ordenaban, un tipo de cerveza inglesa. El whisky era inusual, y más aún whisky puro. Vació el vaso con un solo trago, como si estuviera bebiendo agua, y ordeno otro de manera casual.

Taemin se le quedó viendo con sorpresa. Su forma fuerte de beber no encajaba con su forma tan a la moda de vestir. Terminó el segundo vaso como si fuera agua.

De repente los ojos del hombre se fijaron en Taemin.

Sorprendido, Taemin se congeló mientras estaba lavando los platos.
Los ojos del hombre eran grandes y de un color café hermoso  tan hermoso como la piedra azul del anillo que Brenda le había dado.

 Le sonrió amigablemente a Taemin.

Tal vez se había percatado de que Taemin le había estado viendo.

Taemin sintió como su pulso se aceleraba por la vergüenza.
Ignorando su rostro incomodado, el hombre le indicó con la mano a Taemin que se acercara.

“¿Si señor?” Taemin preguntó tímidamente.
“Tengo entendido que una mujer llamada Brenda viene a este bar con regularidad,” el hombre dijo, “¿La conoces?”

Taemin se quedó maravillado ante el hermoso acento inglés que el hombre hablaba.
Los ingleses hablaban diferentemente dependiendo de su clase social.

Los coreanos casi no pueden notar la diferencia cuando hablan, pero cuando los ingleses hablaban entre ellos, podían decir en cuestión de cinco minutos la clase social y de que parte provenían.

Taemin vivía y trabajaba en aéreas de clase trabajadora, y su escuela estaba llena de estudiantes de clase media quienes no eran particularmente ricos.

Este hombre era completamente distinto a cualquiera que Taemin había conocido.

Taemin nunca había conocido a ningún miembro de la clase alta.
En este país donde el sistema de clases todavía prosperaba, cada quien sabía su lugar y raramente invadía el territorio de las otras clases. Pero si el  hombre era parte de la clase alta no tenía por qué haber venido a un lugar así.

“Brenda ha estado enferma. No ha venido por aquí últimamente.”
Taemin respondió con honestidad.

“Espero que vuelva.” El hombre de cabello negro y con cara de puppy que le acompañaba dijo mientras encogía los hombros.

 “Yo también” el hombre de ojos grandes asintió y luego volvió a ver a
Taemin. “¿Podrías darle un mensaje a Brenda de mi parte?”
“Por supuesto.” Taemin respondió inmediatamente.

“Estoy tratando de ubicar un anillo y me gustaría que ella se pusiera en contacto conmigo.”

Tomo una tarjeta de presentación de su porta tarjetas color plateado que se encontraba en el bolsillo interno de su chaqueta y le entregó una a Taemin, junto con una propina. Entonces, terminando el resto de whisky que quedaba en su vaso, se levantó para irse. Cada movimiento que realizaba parecía sacado de una película. La impresión que dejaba era distinta a cualquiera de otra persona.

Dios me lo entregó.
Taemin recordó la historia que Brenda le había contado.

“Era tan hermoso fue como despertar de una pesadilla para ver su cabellera azabache. Lo reconocí inmediatamente. Él era Dios.”
¿Era este el hombre ‘el Dios’ de la historia de Brenda?

Revisó la tarjeta de presentación. El título de “Lord” aparecía frente al nombre del hombre indicando su status de noble. Taemin no tenía idea de cómo Brenda conocía a un hombre noble, pero eso no era suficiente para detenerlo de decirle a Brenda que ‘su Dios’ había venido a buscarla. Además, la propina que el hombre le había dado era demasiado grande para solo pasarle el mensaje.

Una vez el trabajo había terminado, Taemin se dirigió nuevamente al departamento de Brenda. Esta vez, tocó suavemente la puerta para que la otra mujer no le gritara nuevamente. Cuando giró la perilla, descubrió que la puerta no tenía pasador y simple y sencillamente la abrió.

Se sintió extraño al entrar a una casa sin anunciarse, así que susurró “con permiso” en coreano para sí mismo.

Cuando entró en la sala, vio a una mujer, diferente a la que había visto la vez anterior, vistiendo casi nada con sus pies puestos sobre una silla, haciéndose un pedicura.

Levantó su cabeza y se le quedo viendo sospechosamente a Taemin.

“¿Qué hace un niño como tú por aquí?” demandó saber.

“Vine a ver a Brenda” Taemin le dijo.

“¿Brenda? Oh, se murió hace tres días.” Dijo la mujer con indiferencia.
¿Murió?” Taemin repitió anonado.

“Si” la mujer le confirmó
“Pero a penas la vi la semana pasada.” indicó Taemin.

Podía escuchar las voces de un hombre y una mujer provenientes de la habitación de Brenda. Domado por un incontrolable impulso, Taemin corrió hacia la habitación y abrió la puerta de golpe.

“¿Quién es?” una voz se escuchó.
“Un niño nos está espiando” la otra voz contestó.

Dos extraños estaban uno encima del otro encima de la cama, gritando ante la intromisión de Taemin.

En un momento su cara y orejas estaban quemando. Dio un paso para atrás y luego salió corriendo del edificio tan rápido como sus piernas le permitieron.

¿Qué tanto corrió? No sabía dónde se encontraba o como había llegado a ese lugar. Jadeando, finalmente se detuvo.

Al fin comprendía la clase de lugar que era el departamento de Brenda. Sus compañeras de habitación se ganaban la vida vendiendo sus cuerpos.

El comprendía ahora el por qué Brenda no quería que vieran el anillo. Eran la clase de gente que utilizaba su habitación para realizar sus negocios tan solo unos días después de su muerte. Si hubieran visto el anillo, eran capaces de salir corriendo a venderlo tan rápido como pudieran.



Después de haber corrido sin destino, se encontraba en un área que no le era familiar en la noche, Taemin se encontraba completamente perdido. Llamó un taxi.

1 comentario:

  1. U_U Pobre Brenda... pero en fin, al menos ya descanza en paz....

    Ahora Taeminnie solo te queda entregar el anillo al "Dios" de Brenda

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