sábado, 3 de noviembre de 2012

Acto VII.- Cena y Trabajo


“¡May! ¡May! ¡Despierta!”

Taemin no se había percatado de que alguien le estaba hablando a él al principio. Cuando se despertó todos sus compañeros de clases lo estaban observando y riéndose.

Estaban en medio de la clase de Movimientos Auténticos, el ejercicio trataba de cerrar sus ojos y moverse libremente al ritmo de la música que el maestro tocaba.

Un segundo después de cerrar sus ojos Taemin se había quedado dormido.

Sus clases se estaban complicando cada vez más ya que la escuela se estaba preparando para la presentación de fin de semestre. Y no solo eso, sino en adición a sus clases normales, los estudiantes tenían que asistir a los ensayos para la obra musical.

 Estaba comenzando a alcanzar su límite físico trabajando en el bar mientras asistía a sus clases.

Pero si renunciaba a su trabajo, se vería forzado a renunciar a la escuela también.

“La mejor solución sería tomar un descanso de la escuela y conseguir un mejor trabajo para poder obtener más dinero y luego regresar a estudiar.”

Luego se percató que estaba considerando seriamente la oferta de Minho. 300 libras eran aproximadamente 60,000 yen; mas de 600 dólares el día.

Podría ganar más muchísimo más dinero vistiéndose como mujer que trabajando en el bar.

Y no sería la primera vez que tendría que vestirse de mujer tampoco. Durante los dos primeros años de preparatoria, los estudiantes mayores le habían forzado a interpretar los roles femeninos cada vez que había que realizar una obra musical. El no había querido hacerlo, pero todo el mundo le había dicho que él era más bonito que cualquier mujer. En su tercer año, había asumido la presidencia del club de baile. Se había logrado salvar de los disfraces de mujer convirtiéndose en el mejor.

Pero, considerando sus actuales circunstancias, casi no podía ser culpado. Y tenía que admitir que esta historia sería la mejor de todas cuando volviera a Corea.

La rapidez del cambio de opinión de Taemin había sido inesperado—Minho regresó al bar.

Aun en el bar lleno, Minho llamaba la atención inmediatamente.

Estaba vestido casualmente con una camisa de diseñador color verde musgo y unos pantalones deportivos color beige, y aun así, se miraba como un modelo de alguna revista.

“¿A qué hora sales de trabajar?” le preguntó.

“10:00 p.m.,” Taemin le contestó, un tanto sorprendido.

“Tengamos una cita después,” el castaño sugirió.

“¿Una cita?” Taemin repitió aún más sorprendido.

Minho asintió “Si.”

Taemin trató desesperadamente de recordar el significado de la palabra. Una cita era usualmente cuando dos novios decidían un día y hora para encontrarse. ¿A caso había otro significado?
Por ejemplo, en Corea cuando alguien decía “Tomemos el té”, significaba eso. Pero en Inglaterra, el significado de las palabras podía cambiar dependiendo de la clase social del que hablara. La gente de la clase media y superiores, entendía “Tomemos el té” como lo obvio,
“Bebamos el té,” como en Corea. Pero para la clase trabajadora significaba salir a cenar. Cuando Taemin había sido invitado a tomar el té una vez por un amigo inglés, no había estado seguro si se refería a tomar el té o a cenar.

Así que quizás existía otro tipo de significado para la palabra
“cita” que Taemin no conocía. O ¿acaso Minho estaba jugándole una broma? Incapaz de tomar una decisión, simple y sencillamente aceptó la invitación. Cuando terminó de hacer su trabajo se fue del bar junto a
Minho.

“De hecho, aun no he cenado,” le dijo Minho. “¿Tu ya cenaste?”
“Solo comí un poco antes de comenzar a trabajar,” le contestó Taemin.

No estaba mintiendo, habían pasado ya seis horas desde la última vez que había probado bocado.

“¿Te gustaría ir a mi casa para cenar?” le ofreció Minho.

Taemin aceptó. No podía dormir con un estomago vacío. No iba a rechazar una oportunidad para comer. Y estaría mintiendo al decir que no estaba interesado en comer la cena en la casa de un hombre noble.

Tomaron un taxi en Piccadilly Circus y se dirigieron al apartamento de Minho.

La habitación espaciosa le faltaba, como siempre, signos de vida. Era como una ruina.

“¿En dónde se encuentra el Señor Kim?” preguntó Taemin.

“Tiene bastante trabajo,” le explicaba Minho. “Aparentemente, no puede pasar todo su tiempo conmigo.”

 “Lord Choi—” Taemin se detuvo mientras trataba de pronunciar el nombre de Minho. El nombre en la tarjeta que Minho le había entregado era demasiado largo y Taemin no estaba seguro de cómo llamarlo.

“No hay necesidad para las formalidades, llámame Minho.” El castaño dijo notando la frustración de Taemin.
“¿Vives solo aquí…..Minho?” preguntó Taemin.

“Si,” contestó Minho.

“Pensé que los aristócratas tenían más sirvientes” comentó Taemin.

“Hay suficientes en mi finca para volverte enfermó,” dijo Minho.

“¿Tienes otras casas a parte de esta?” preguntó curioso Taemin.

Minho rió. “En Dorsett, se encuentra en las tierras del oeste”
Taemin se le quedó viendo.

Los ojos grandes y marrones  de Minho, como cristales brillantes, estaban viéndolo fijamente. Sus movimientos eran extraños. No parecían humanos.

Taemin comprendió un poco mejor porque Brenda le había llamado a este hombre ‘Dios.’

“Ahora mismo regreso,” Minho dijo súbitamente. Desapareció dejando a Taemin sentado en la sala de estar.

Taemin observó su alrededor. La habitación estaba pobremente iluminada para su tamaño, el lugar en general estaba oscuro. Cuadros de pinturas decoraban las paredes. El conocimiento de arte de Taemin era limitado, pero reconoció una pieza de Chagall entre todas ellas.

Probablemente era real. Todos los muebles se miraban como antigüedades de algún valor. Casi podía sentir que había ingresado a un museo por accidente.

Minho reapareció después de un momento.

“La cena está lista,” anunció. “Ven al comedor.”

La larga mesa estaba cubierta por un largo mantel blanco y en el centro de la mesa se encontraba una vela iluminando en un candelero de plata. El ambiente era excepcional.
Pero la selección de comida en la mesa era limitada—solamente espagueti con carne, salsa y vino.

Taemin no sabía si comentar la inesperada simpleza de la cena o no. Prefirió ignorarlo.

kamsamnida,” dijo en coreano mientras tomaba su tenedor.

“¿Qué fue eso?” Minho preguntó, su rostro mostraba un gesto extraño.

“Es algo que los coreanos solemos decir antes de empezar a comer,” explicaba Taemin.

“Bueno, entonces kamsamnida” dijo Minho felizmente, mientras repetía la pronunciación de Taemin.

Taemin no podía asegurar el porqué, pero escuchar a un extranjero hablar en coreano era un sentimiento bizarro.

El espagueti no era lo suficientemente bueno como para hacer un cumplido. Los fideos estaban demasiado suaves y la salsa sabía como si la hubieran sacado de una lata. Pero el vino estaba extraordinario.

Al observar la etiqueta, Taemin podía saber que el vino era bastante antiguo. Se había arrepentido de haberlo bebido tan rápidamente.

Probablemente jamás podría volver a probar algo tan sofisticado en toda su vida.

“Me alegra que hayas venido,” dijo Minho al finalizar la comida
“No existe nada más aburrido que cenar solo.” Después de haber alcanzado la edad adulta, nunca había salido a comer con sus amigos del colegio a excepción de Jonghyun.

“Todos están ocupados con sus trabajos excepto yo. No tengo un trabajo. Sin embargo, ellos no tienen tiempo de venir a verme,” confesó tímidamente.

No era por falta de trabajos la razón por la cual el no trabajaba.
Mas bien, no había necesidad de que el trabajara debido a la herencia de sus padres.

Probablemente gracias a los efectos del vino, Taemin estaba de muy buen humor y le empezó a contar a Minho acerca de sus días en el colegio, acerca de Corea, y acerca de miles de otras cosas.

Pensó que su inglés debió ser rebuscado, y había tenido dificultad entendiendo las historias de Minho, pero el castaño parecía bastante interesado y escuchó atentamente.

El hombre estaba actuando completamente distinto a la forma en que lo había hecho cuando se conocieron por primera vez. Estaba siendo un verdadero caballero.

“¿Puedo volver a invitarte en otra ocasión?” le preguntó.

Taemin asintió.

Minho sonrió, parecía estar bastante feliz. Obviamente parecía haber estado bastante aburrido antes.

Taemin quería irse a tiempo para alcanzar el último tren subterráneo.

Su anfitrión había insistido en acompañarlo hasta la parada en la estación más próxima, y habían terminado caminando juntos en esa dirección.

Era la parte más fría de Febrero. Así que regresaron a estar sobrios inmediatamente, y se quedaron en un silencio natural.

Taemin sintió que no había oportunidad para traer el tema del trabajo.
Minho le compró a Taemin el boleto para el subterráneo cuando llegaron a la estación.

El tema de lo del trabajo no había aparecido ni una sola vez durante la cena. Taemin estaba preocupado de que tal vez Minho ya hubiera encontrado a otra persona.

“Por cierto, esa cosa que mencionaste la última vez… Estoy dispuesto a intentarlo,” dijo impulsivamente antes de partir.

Pero tal vez todo esto había sido una broma. Cientos de cosas comenzaron a pasar por la mente de Taemin, cuando Minho lo abrazó.

“Eso es maravilloso,” el castaño susurró.

“Uh” Taemin no estaba acostumbrado a ser abrazado. Era un poco de consuelo que no hubiera nadie en la estación del tren a estas horas de la noche. De lo contrario hubiera sido capaz de empujar a
Minho debido a la vergüenza.

“Estoy tan feliz de que hayas aceptado mi oferta,” dijo Minho.

Se quitó el anillo del diamante azul de su dedo. “Toma esto,” continuo, deslizando el anillo en el dedo de Taemin de forma solemne. Luego se detuvo y dio un beso a la parte de atrás de la mano de Taemin.

Era como una escena en una obra.

Taemin sintió como se comenzaba a sonrojar.
Jamás se acostumbraría al humor inglés.

El teléfono de Taemin timbró casi instantáneamente cuando llegó a casa. Era Minho.

“¿Llegaste a salvo a casa?” preguntó el hombre.

“Si,” contestó.

“Me alegra escucharlo,” dijo Minho.

Después de vivir por tanto tiempo en un país extranjero, el escuchar estas palabras conmovió el corazón de Taemin.

“¿Te gustaría volver a cenar conmigo mañana?” preguntó Minho.
Taemin aceptó la invitación agraciadamente.

Mañana era viernes y, sin tener que asistir a la escuela el día siguiente, sería una gran oportunidad el probar su nuevo trabajo.

“Saldré temprano del trabajo,” prometió.

Además, Taemin se encontraba impaciente por escuchar los detalles de su nueva oferta de trabajo, así que ¿Por qué se rehusaría?...

1 comentario:

  1. Menos mal que Minho cambio su forma de actuar ante Taemin ^^... Espero que la cosas entre estos dos se den muy bien

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