sábado, 3 de noviembre de 2012

Acto X.- De compras


Minho lo llevó a la Calle Bond, donde varias tiendas de diseñador se encontraban dispersas a lo largo de la calle.

 Las vitrinas estaban arregladas de tal manera que se pudiera observar los precios tan caros de las mismas.

El castaño abrió la puerta de una de estas tiendas. No parecía ser la clase de lugar a la que Taemin pudiera ingresar con su ropa—una chaqueta vieja, jeans desgastados y tenis sucios.

 Minho comenzó a empujar a Taemin al interior de la tienda, sin tomar en cuenta sus dudas. Taemin retomó su valor y entró, todas las vendedoras se voltearon a verlos al mismo tiempo. Cuatro o cinco vendedoras se reunieron alrededor de Minho.

“¡Lord Choi!”
“¿Qué podemos hacer por usted el día de hoy?”

“Acabamos de recibir un embarque de cosas que le van a encantar, señor.”

“Vine a comprar ropa para mi joven amiga aquí presente,”
Minho dijo, guiñándole un ojo a Taemin. Parecía que la actuación había comenzado.

Todas las vendedoras comenzaron a darle cumplidos a Taemin.

“Pero que chica tan dulce.”

“Que hermoso cabello castaño claro y ojos negros.”

“Que piel tan bonita y blanca.”

Taemin respondió a cada uno de sus cumplidos con una sonrisa.

Si hablaba descuidadamente, la farsa podía caerse.
“¿Qué es exactamente lo que está buscando?” una de las mujeres preguntó.

“Todo.” Minho contesto decididamente. “Todo lo que le exista en la tienda que le combine.”

Taemin suspiró. Antes de entrar a la tienda, había visto una de las etiquetas de uno de los trajes en la vitrina. Era igual a la cantidad de dinero que el utilizaba para vivir durante tres meses.

Las mujeres se escandalizaron “Ese es el Lord Choi que conocemos. Todo se encontrará listo en un momento.”

Parecía ser que las mujeres estaban acostumbradas a este tipo de comportamiento, sonriendo animadamente, se dispersaron por la tienda en busca de cosas que podían verse bien en Taemin. Y antes de que pasara mucho tiempo, habían juntado una montaña de ropas frente a él. E inmediatamente desfilaron la ropa una tras otra.

“Este bolso es muy popular. Solamente nos queda uno en la tienda. Se vería perfecto en usted, señorita.”

“Y este abrigo…”

Taemin estaba en extremo aburrido, pero se encontraba sufriendo las presentaciones con sonrisa tras sonrisa. Cuando terminaron, tomó una gran cantidad de ropa y se encerró a sí mismo en el vestidor con espejos.

Las vendedoras habían tratado a Taemin como si se tratara de una niña.

 Los Coreanos se miraban más jóvenes que los occidentales y el parecía ser un pre-adolescente ante sus ojos.

Probablemente hayan pensado eso para justificar el hecho de que él no tenía senos.

Se vistió con un traje de falda color rosa pastel. Se verificó en los espejos para asegurarse que no hubiera nada fuera de lugar, nada sospechoso.

Sin embargo no tenía nada que temer, sus rasgos eran tan delicados que jamás hubieran sugerido el rostro de un hombre.

 Ni tampoco era particularmente alto, comparado con las mujeres occidentales, era bastante pequeño. Y debido a su descuido de no cortarse el cabello, sus mechones llegaban hasta por debajo de sus  hombros lo que lo hacía lucir bastante femenino. Ojos grandes y sesgados. Una nariz coqueta. Labios gruesos, bien formados y en un tono rosa.

Entendía bastante bien el por qué los alumnos de su colegio lo habían obligado a vestirse de mujer.

“De pensar que vine hasta Inglaterra solo para vestirme de mujer otra vez.”

Se rió consigo mismo, pero la chica en el espejo lucia bastante coqueta.

Al salir del vestidor, las vendedoras comenzaron a darle más cumplidos, ellas sabían bien lo que estaban haciendo.

“¿Cómo luzco?” Taemin le preguntó a Minho sonriendo.

Los ojos de Minho se abrieron y se hicieron a un más grandes  mostrando su sorpresa, y luego le dijo “Eres una dama muy hermosa, no hay duda de ello.”

Tres horas después Taemin abandonó la tienda completamente transformado. Ahora vestía un abrigo cash meré en vez de su chaqueta vieja, una falda en vez de sus jeans. Vestía botas de cuero con tacón alto, no tenis, y cargaba un bolso carísimo junto con un hermoso reloj.

Todo lo que no llevaba puesto fue enviado a la casa de Minho.
No quería enviar todas esas cosas a su viejo apartamento, pero, si lo hubiera hecho, estaba seguro de que hubieran llenado su habitación por completo.

Minho tomó la mano de Taemin mientras ingresaban al taxi.

“Hice una reservación en un hotel,” dijo.

Ingresaron al restaurante del Hotel Ritz.

Un candelabro de ornamento colgaba desde lo alto del techo, bañando la habitación de un brillo sin igual.

La comida del restaurante era calificada como una de las mejores de Londres, tanto en servicio como en sabor.

Un hombre que parecía ser el mesero apareció tan pronto como llegaron. “Mi Lord, lo habíamos estado esperando,” indicó.

Los llevó hacia la parte del restaurante que tenía mejor vista.

Taemin estaba caminando del brazo de Minho. Estaba reacio a estar tan cerca, pero eso lo distraía un poco de su falta de habilidad para caminar con sus nuevos zapatos.

Probablemente era su imaginación, pero todos parecían tener sus miradas puestas en ellos.

El mesero haló la silla por él y Taemin tomó asiento. Tomó aire y miró a su alrededor una vez más.

Todos estaban bien vestidos. Nadie vestía la camisola de su equipo favorito de soccer, como lo hacían en el bar donde trabajaba.

“¿Qué deseas ordenar, Taemin?” Minho le preguntó mientras abría la carta del menú.

 “Realmente no lo sé. Dejaré que tu ordenes por mí.” Taemin dijo, completamente paralizado por los precios que había observado en el menú.
Minho mandó a llamar al mesero y ordenó su comida de una forma muy hábil.

El vino llegó primero. A Minho no le gustó después de probarlo, así que le trajeron otra botella. Era un buen vino, al ver que abrían otra botella como si nada, Taemin se sorprendió.

La comida era salmón escoses condimentado y carne asada, la base de toda comida británica. Aun cuando la comida era un tanto desagradable, Taemin descubrió que recibes lo que pagas—la comida estaba exquisita.

Después de comer, fueron a una tienda en la calle Regent y nuevamente compraron todo lo que estaba en la tienda. Taemin se resignó y comenzó a pretender que le gustaban las compras.

Después, de realmente comenzar a divertirse, los dos fueron a Harrods, a comprar pelucas, maquillaje y ropa interior femenina.

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